Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-07-30
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B8
Sección:   The Wall Street Journal
Centimetraje:   32x22

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Los empleados de Eden levantaron sus bebidas en un brindis, al final de la última noche del restaurante el pasado sábado 18 de julio.
El Mercurio
La ayuda del gobierno se acabó y también los plazos dados por arrendadores y proveedores:
En vista del golpe demoledor de la crisis, algunos restaurantes cierran
Después de soportar meses de restricciones por el coronavirus, los locales están terminando su operación a medida que los casos virales aumentan en EE.UU.
Era una noche de sábado en el Eden, un restaurante en el área de West Loop de Chicago, y todo se sentía casi normal. Las cerca de 80 mesas estaban ocupadas —aunque bien separadas— mientras los comensales se servían tagliatelle con cerdo, pierna de cordero, cocteles y vino. 'Vendimos todo', manifestó la co-propietaria Jodi Fyfe. 'Toda la velada fue más que maravillosa'. Era la última noche del Eden en el negocio. El restaurante se mantuvo en pie durante la primera ola de la pandemia de coronavirus al convertirse en un mercado y luego reabrir en la noche este verano (Hemisferio Norte).

Pero los dueños del Eden dicen que el aumento reciente en los casos del virus, y la caída en los clientes dispuestos a comer en un recinto cerrado, fue demasiado. La incertidumbre que rodea el comer en un local está llevando a decisiones difíciles en los restaurantes de todo Estados Unidos. La ayuda del gobierno se acabó, y los plazos que dieron los arrendadores y proveedores están venciendo mientras menos clientes están dispuestos a comer dentro de un local, una combinación de factores que está impulsando a los restaurantes como el Eden hacia un punto límite. Miles de restaurantes han cerrado hasta ahora, y tanto como el 10% de operadores independientes podría cerrar a fines de año como resultado del nuevo coronavirus, de acuerdo a la firma de servicios financieros Stephens.

De la cúspide al abismo

El Eden empezó el año atendiendo a más comensales que nunca, pero en unos meses se encontró luchando por continuar en el negocio, señaló Fyfe, quien junto con su esposo, Devon Quinn, abrieron el lugar hace cuatro años. La pareja creó un menú para llevar y un mercado en el mismo sitio en el segundo trimestre y agregó asientos al aire libre el mes pasado bajo una carpa que se emplea en su negocio de banquetería.

Abrió el comedor interior el mes pasado. Pero cuando las autoridades de salud plantearon la preocupación por los riesgos de comer en un local, la demanda no fue suficiente para cubrir los costos, dijo Fyfe, y agregó que el servicio al aire libre no va a funcionar en Chicago el próximo otoño (en el Hemisferio Norte). 'Creo que no hay ni una pizca de esperanza', expresó Fyfe, de 50 años. 'Las personas tienen mucho miedo de comer adentro', remarca. El servicio de comida dentro de un local se ha interrumpido en casi 90 mil restaurantes en todo el país, de acuerdo a la National Restaurant Association, un grupo comercial. Los planes para reanudarlo en lugares como la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey también están en el limbo, y la semana pasada Chicago anunció la suspensión del servicio de comida dentro de restaurantes y bares.

Muchos dueños de restaurantes aprovecharon un programa federal de protección (PPP) y negociaron aplazamientos con sus arrendadores. Ahora, algunos que obtuvieron los préstamos PPP dicen que el dinero se gastó. Y muchos arrendadores que ofrecieron postergaciones de unos meses de los arriendos ahora quieren que les paguen en agosto, indicó Alden Parker, co-director de National Hospitality Practice Group de Fisher & Phillips. 'El 1 de agosto parece el día decisivo', manifestó Parker. Especialmente vulnerables son los restaurantes que están concentrados en el área comercial en el centro de la ciudad en donde son pocos los oficinistas que han regresado, indicó Parker, y apuntó al cierre de una cadena con sede en el área de San Francisco, Specialty's Café & Bakery, después de 33 años de operaciones.

'Algunos segmentos están bien y a otros les está yendo terrible en estos momentos', observó, y agregó que a los restaurantes de comida rápida con servicio al auto en general les ha ido mejor que los locales con mesas. Más de 2.200 restaurantes en California han cerrado desde que apareció la pandemia, de acuerdo a Yelp Inc. Las cifras federales muestran que el estado tenía aproximadamente 81.500 restaurantes el año pasado, la mayor cantidad total. En Arizona, el 9% de cerca de 10 mil restaurantes que operaban antes de la pandemia cerró, de acuerdo a la Arizona Restaurant Association. Alrededor de mil de los 17 mil locales de Michigan habían cerrado en forma permanente el mes pasado, informó el grupo de hoteles y restaurantes del estado.

La National Restaurant Association estima que decenas de miles de estos establecimientos van a cerrar como resultado de la pandemia a fines de año. Cuando el Eden cerró sus comedores en marzo, suspendió temporalmente casi a 40 de sus 50 empleados. El local creó un mercado de productos de repostería caseros, vinos seleccionados y productos cultivados en sus invernaderos, lo que incluía flores comestibles y lechugas. No obstante, el funcionamiento del mercado tiene un costo monetario; el chef del Eden, por ejemplo, pasaba varias horas al día atendiendo el invernadero en el lugar. Después que la ciudad abrió el servicio de comida al aire libre el mes pasado, el Eden convirtió su estacionamiento en un lugar con 60 sillas bajo una carpa que es utilizada habitualmente por la división de banquetería. Instaló nuevamente alrededor de 20 de sus 90 mesas al interior cuando la ciudad permitió la reapertura a fines del mes pasado, e invirtió en mascarillas y guantes para los empleados. Limpiaba las superficies y baños más o menos cada 30 minutos.

El esfuerzo de una vida

La demanda dentro del local se redujo a cerca de 10 a 20 comensales por noche cuando el recuento de casos de coronavirus empezó a subir hace poco, contó Fyfe. Y el servicio al aire libre podría ser difícil de predecir: una noche lluviosa resultó en una ola de cancelaciones, lo que desató una cadena de pérdidas.

El Eden cosecha productos de su invernadero y hornea postres y pan de acuerdo a la cantidad de clientes que espera atender una noche determinada. En tiempos normales, esos productos también van al servicio de banquetería para oficinas en el centro y matrimonios, negocios que también se acabaron, señaló. El local incluso obtuvo un PPP por menos del límite de US$ 150 mil que se pide para la presentación federal, y lo utilizó para pagar parte del arriendo y cuentas del servicio público.

El arrendador del Eden declinó darle un aplazamiento, dijo Fyfe. La última vez que ella y su esposo cobraron un sueldo fue en febrero; se cambiaron a un departamento más pequeño para ahorrar dinero. Agotados, redactaron una nota para los clientes la semana pasada en la que anunciaban el cierre. 'Toda nuestra vida estaba en esto', expresó Fyfe. El negocio continuará en forma más pequeña como un negocio de banquetería, y la compañía mantendrá el invernadero para el cultivo de productos. Despedirán a más trabajadores. 'En 34 años en el negocio, jamás he visto algo como esto', aseguró. 'No hay mucho que se pueda hacer', finalizó.

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IMPACTO Tanto como el 10% de operadores independientes, de Estados Unidos, podría cerrar a fines de año como resultado del nuevo coronavirus
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