Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-04-05
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B8-B9
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS DOMINGO
Centimetraje:   52x39
El Mercurio
Felipe Larraín, en su primera entrevista tras dejar el Ministerio de Hacienda:
“SOY MENOS OPTIMISTA QUE EL BANCO CENTRAL, TANTO SOBRE EL CRECIMIENTO de este año como de la capacidad de recuperación en 2021”
El exsecretario de Estado destaca el paquete económico del Gobierno, pero cree necesario que se apliquen más ayudas a los grupos que quedaron fuera de los primeros US$ 11.750 millones. Además, sobre su salida del gabinete, reconoce: 'Nadie puede decir que previó el estallido social y menos la violencia que le siguió'.
Han pasado 161 días desde que Felipe Larrain pisó por última vez las oficinas de Teatinos 120 como ministro de Hacienda. Y hoy, acuartelado en su casa producto del coronavirus, está escribiendo papers y tiene varias ideas de libros para escribir en la cabeza. De vuelta a la UC y a Clapes, está asesorando a la distancia a instituciones y gobiernos, como el de Países Bajos, así como a empresas locales en análisis macroeconómico y financiero. Tomar un puesto en un directorio, por ahora, está descartado.

El exsecretario de Estado en el primer y segundo gobierno de Sebastián Piñera, explica en esta, su primera entrevista tras dejar el ministerio, que está más pesimista que el Banco Central (BC) en cuanto a la recuperación de Chile tras la pandemia. 'Pensar que en dos o tres meses ya dimos vuelta a la esquina de esta crisis, es bastante optimista. Además, el propio presidente del BC plantea que su escenario está sobre la base de que todas las reformas se conducen institucionalmente. Él lo que está tratando de decir es que no haya más violencia, pero ese es el mejor escenario. Están también todas las incertidumbres que trae consigo el proceso constituyente y las elecciones políticas. Yo no las maximizaría, pero tampoco minimizaría el efecto que tiene que tengamos un proceso constituyente, en que no sabemos cómo parte ni dónde llega', recalca.

-¿Cuán profunda será esta crisis para Chile?

'La caída del PIB este año será probablemente la mayor desde el año 1983, la más dura en casi 40 años. A esto se agrega una dimensión que otros episodios de recesión en el pasado no han tenido y es la pérdida de vidas humanas. Mi escenario más probable no considera caídas del PIB, como las de 1982-1983, o las ocurridas durante la Gran Depresión, porque hoy la capacidad de respuesta de nuestra economía es mayor y porque en la medida que se puedan contener los efectos de esta crisis sobre las empresas, el empleo y el mercado financiero, debiésemos tener una recuperación clara durante el segundo semestre. En relación con la capacidad de respuesta de la economía, es fundamental el marco de política que hemos construido en las últimas décadas, caracterizado por un Banco Central autónomo, un régimen de flotación cambiaria, una regla fiscal que nos permitió ahorrar en tiempos buenos y un sistema financiero bien capitalizado y supervisado'.

-En el IPoM de abril, el Banco Central indica que el PIB podría llegar a caer 2,5%. ¿Coincide con esa proyección o cree que están siendo demasiado optimistas?

'La proyección del BC apunta en la dirección correcta al dar cuenta que la caída del PIB será muy fuerte, pero es necesario reconocer que hoy la incertidumbre en torno a las proyecciones es muy superior a la habitual, porque la crisis está en pleno desarrollo. Así, por ejemplo, el BC proyecta una leve caída del PIB mundial, pero diversas instituciones internacionales anticipan una contracción bastante mayor. Por otro lado, en el ámbito interno, si bien coincido en que una vez que la enfermedad ceda, la recuperación vendrá, tengo dudas si será tan rápida. Además, no sabemos cuántos meses durarán las medidas de confinamiento, y el impacto sobre las empresas, las familias, el empleo, la economía real y los mercados financieros es aún muy incierto. Soy menos optimista que el BC, tanto sobre el crecimiento de este año como de la capacidad de recuperación en 2021. O por ponerlo de otra manera, si el escenario fuera el del BC, zafaríamos muy bien de la crisis'.

-¿Le parece suficiente el paquete fiscal presentado por el Gobierno de US$ 11.750 millones? El exministro Rodrigo Valdés dice que no supera el 1,5% del PIB en recursos nuevos.

'Las medidas contenidas en el paquete fiscal suman US$ 11.750 millones, lo que equivale a 4,7% del PIB incluyendo todo lo que se anunció. Obviamente, no todo es gasto público, porque en esta coyuntura se necesitan medidas de liquidez, facilidad de acceso al crédito, apoyo al empleo y a los ingresos y transferencias directas. El paquete es de una magnitud significativa y probablemente el Gobierno tome nuevas medidas. No minimizaría el tamaño del esfuerzo fiscal que ya se está haciendo'.

-¿Qué medidas adicionales habría aplicado usted? ¿Qué del plan actual no habría incorporado, o al menos no ahora?

'Es necesario potenciar los mecanismos de garantía estatal, como el Fogape, aumentar sus recursos, hacerlo más simple, flexible y ponerlo a disposición de empresas grandes, no solo de las pymes, es decir, llegar a empresas de más de 100.000 UF de ventas. Esto también se puede llevar a cabo por medio de BancoEstado, a través de una capitalización adicional. Por otro lado, también consideraría medidas de apoyo a los trabajadores informales, bien focalizadas, de montos suficientes y por el tiempo que duren las medidas de confinamiento, de manera de compensar la caída de ingresos que están teniendo'.

-¿Cómo cree que el Gobierno ha enfrentado esta pandemia? ¿Hemos estado a la altura como país?

'Creo que el Gobierno está haciendo, en general, un buen trabajo. Lamentablemente, aún no hemos visto lo peor de la pandemia, que ocurrirá en los meses que vienen'.

-¿Qué tan grave en términos económicos sería si se aplica una cuarentena total?

'Ya estamos sufriendo un efecto económico muy duro. El Banco Central nos plantea sus proyecciones con un escenario de cuarentenas localizadas, y plantea que vamos a estar en una caída del PIB de 1,5-2,5%, centrado en -2%. Y estamos proyectando la mayor caída desde la crisis de 1982-1983. En una cuarentena total, el escenario es todavía mucho peor. La cobertura de la cuarentena hay que verla en base a criterios técnicos de salud. El enfoque seguido por Chile ha sido apoyado por las autoridades de la OMS'.

-¿Cuán afectadas quedarán las finanzas públicas después de este paquete?

'No solo el paquete fiscal, sino principalmente el peor escenario macroeconómico es lo que deteriorará significativamente las finanzas públicas este año, y puede afectar los ingresos fiscales no solo este año, sino que también los próximos, al existir una base menor para el PIB. Los mecanismos de garantía no generan en sí mayor déficit fiscal, aunque sí pueden requerir financiamiento a futuro. El apoyo a los trabajadores informales y por cuenta propia puede hacerse al menos en parte con recursos que quedarán disponibles por la subejecución presupuestaria que ocurrirá como consecuencia natural de la paralización de diversas actividades. Este año tendremos un alto déficit fiscal, probablemente superior al 7% del PIB que ya reconoce la autoridad. Pero lo más importante es que esto sea un deterioro transitorio, tal como la naturaleza del shock, y que a partir del próximo año se retome la trayectoria hacia el balance estructural y se modere el ritmo de endeudamiento del sector público'.

-¿Ve necesidad y espacio fiscal para un segundo paquete más expansivo?

'Hay medidas que es necesario tomar y que requerirán un mayor esfuerzo fiscal. Los espacios fiscales como los conocíamos antes, en términos de holguras presupuestarias, no existen, pero la gravedad de esta pandemia hace necesario comprometer los recursos que sean necesarios para proteger la salud de las personas, el empleo y garantizar la sobrevivencia del mayor número de empresas posible, para facilitar la recuperación económica posterior. La deuda pública, si bien es baja en comparación a la internacional, ha aumentado con fuerza y las proyecciones previas a este shock ya apuntaban a que rápidamente llegaría a 40% del PIB. El Gobierno tiene ahorros, pero cada vez menos, y si bien los espacios para endeudarse existen, el costo de esta deuda será mayor que en el pasado, y ya estamos usando un monto significativo de recursos anualmente para el pago de intereses'.

-¿Cómo califica el actuar del mundo político parlamentario y alcaldes para dar respuesta a esta crisis?

'Esta pandemia llega a Chile en momentos en que la economía estaba ya muy debilitada, con expectativas de crecimiento de apenas 1% para este año y donde los principales riesgos de la economía eran la violencia que veíamos en distintas partes del país y la incertidumbre asociada al proceso constitucional y la profusión de elecciones. En este contexto, es posible distinguir varios planteamientos populistas que aprovechan esta pandemia'.

-¿La agenda social debiera postergarse para centrar todos los esfuerzos en combatir esta crisis?

'Hoy la urgencia está en hacer frente a esta crisis, que por lo demás tiene una dimensión social muy profunda. La crisis del coronavirus es la agenda social relevante por el momento. La protección de la salud y la vida no puede ser postergada. Es necesario priorizar, porque no hay recursos para hacerlo todo'.

Latam: 'No debemos cerrarnos a otras opciones, aunque cualquier opción que se tome, debe resguardar el patrimonio público'
-Empresas como Latam y otras de ese tamaño que se pudieran declarar en insolvencia, ¿debieran recibir algún tipo de ayuda directa de parte del Estado?

'En el caso de empresas grandes como la que usted menciona u otras, se debe ser pragmático. Lo primero que se debe resguardar es que las empresas grandes, con alcances sistémicos, agoten todos los mecanismos privados que estén disponibles, y empresas con problemas de liquidez, pero solventes, deberían acceder al financiamiento que requieren para sobrevivir. Si esto no ocurre, será necesario que el Gobierno las apoye para resguardar los empleos que generan, a las cientos o miles de pymes que dependen estas grandes compañías. Un mejor sistema de garantías podría servir para este propósito, pero no debemos cerrarnos a otras opciones, aunque cualquier opción que se tome, debe resguardar el patrimonio público'.

-¿Qué le parece la propuesta de AFP UNO de sacar el 5% de los fondos previsionales y que luego un grupo de parlamentarios llevaron hasta el 10%?

'No me parece adecuado. Debemos ser responsables y no confundir los objetivos. Nuestro país tiene un problema de bajas pensiones que requiere que los trabajadores ahorremos más para el futuro. Sobre eso tenemos un consenso amplio. Hay excepciones, como las enfermedades terminales. Pero no podemos estar permanentemente mirando los ahorros previsionales como respuesta a shocks que afecten a la economía, por importantes que sean'.

-El Banco Central bajó la tasa a su mínimo histórico, puso US$ 19.000 millones en distintas formas para ayudar la liquidez del sistema financiero. ¿Cree que ha utilizado todas sus herramientas o le quedan algunas balas que utilizar?

'El BC ha sido muy proactivo en bajar las tasas de interés hasta un mínimo técnico de 0,5%, ha sido creativo al generar incentivos para que el dinero fluya al mercado y no se quede en los bancos, ha provisto la liquidez necesaria para el correcto funcionamiento de los mercados. Además, ha dado una clara señal para el futuro en el sentido de que mantendrá las tasas de interés bajas por un período prolongado y proveerá la liquidez que sea necesaria. Eso es lo correcto, lo que corresponde hacer en un escenario como este'.

-Hay parlamentarios, como el senador Carlos Montes, que han propuesto que pueda prestar plata al fisco. ¿Lo ve posible en esta situación extraordinaria?

'Es muy peligroso abrir esa puerta. En primer lugar, el Gobierno todavía tiene espacios para seguir implementando las medidas de estímulo fiscal que se requieren; no necesita recurrir a financiamiento monetario del déficit. En segundo lugar, la restricción que pone la Constitución al BC -que le impide comprar directa o indirectamente bonos del Gobierno- es una de las bases de la autonomía del instituto emisor, la que a su vez, ha sido esencial para el éxito económico de Chile en las últimas décadas, especialmente respecto del control de la inflación. Si el Gobierno tuviera necesidad de solicitar financiamiento al BC, debería ser él quien lo solicite, en lugar de provenir de una moción parlamentaria, que lo único que hace hoy es desviar la atención de otros temas más importantes. En tercer lugar, sabemos que abrir una discusión en el Congreso genera riesgos, porque se sabe cómo comienza, pero no se sabe cómo termina. En el pasado, diversos parlamentarios plantearon, por ejemplo, la necesidad de modificar los objetivos del Banco Central o expandirlos más allá de la estabilidad de precios y del sistema financiero. La evaluación del funcionamiento del BC, tanto en Chile como en el extranjero, es muy positiva y no deberían realizarse cambios como este'.

-¿Qué línea de acción debiera trazar el Gobierno para recuperar las finanzas públicas una vez pasada la emergencia?

'Resuelta esta compleja instancia, será necesario reducir el déficit y frenar el ritmo de incremento de la deuda pública, lo que permitiría retomar la trayectoria hacia el balance estructural a partir del próximo año. Es importante que esta sea una política de Estado, y no solo de este gobierno'.

Recuadro
'El Gobierno tiene ahorros, pero cada vez menos, y si bien los espacios para endeudarse existen, el costo de esta deuda será mayor que en el pasado'.

Su salida del gabinete: 'Hubiéramos querido acelerar el trámite de las reformas, pero enfrentamos una mayoría opositora que hizo muy difícil avanzar más rápido'

-¿Por qué salió del gabinete? ¿Le dolió salir en medio de una crisis de ese nivel?
'Mi salida del gabinete es una decisión del Presidente Piñera, que yo respeto. Son las reglas del juego, conocidas por todos. Por supuesto que tuvo que ver con las condiciones que se enfrentaron a partir del 18 de octubre, en que el Presidente decidió hacer un cambio de su equipo político y económico, y cambiaron ocho ministros. Siempre he servido a mi país con pasión y entusiasmo, pero la política es así. Y la vida sigue. Hay también otras maneras de servir al país'.

-¿Qué autocrítica se hace del estallido social? ¿Cuánta responsabilidad tuvo en que los chilenos perdieran la paciencia en materia económica?
'Nadie puede decir que previó el estallido social y menos la violencia que le siguió. Todos tenemos alguna cuota de responsabilidad. Hubiéramos querido acelerar el trámite de las reformas, pero enfrentamos una mayoría opositora en ambas cámaras que hizo muy difícil avanzar más rápido. Además, no olvidemos que el país traía una pesada mochila en materia económica. Con todo, en 2018 crecimos 3,9%, los salarios reales aumentaron 1,9% en promedio y creamos 187 mil empleos. La creación de empleo, aunque permitió absorber la masa de migrantes, no logro reducir el desempleo. Y si bien el primer semestre de 2019 vivimos la tormenta perfecta con la guerra comercial, los aluviones del norte y los paros en Codelco y profesores, ya en el tercer trimestre de ese año la economía venía recuperándose claramente -terminó creciendo 3,4%-, en parte, por el programa de aceleración económica de US$ 3.000 millones, principalmente de inversión pública. En 2018-2019, la inversión volvió a crecer después de cuatro años seguidos de caída, se recuperó el crecimiento tendencial y se ordenaron las cuentas públicas. ¿No fue suficiente? Quizás, pero créame que trabajamos duro para reactivar al país'.

-No llegar a acuerdo en el Congreso ni en reformas tributarias ni en pensiones, llevó a la virtual parálisis de reformas emblemáticas del Gobierno. ¿Erró en no abrirse a tiempo a cambios para viabilizar las reformas?
'Eso no es así. Llegamos a acuerdo con una parte de la oposición -la DC e independientes-, que permitió aprobar lo sustancial del proyecto en la Cámara de Diputados, pero además teníamos un acuerdo con la directiva DC. Ello significó incorporar una serie de puntos como fruto de la negociación; entre ellos, la rebaja de contribuciones para los adultos mayores, el 1% de aporte de las inversiones grandes a los presupuestos regionales y locales, y una serie de aumentos de recaudación progresivos'.

-¿Fue un error su insistencia en que la integración tributaria incluyera a las grandes empresas? ¿Fue acertado ese planteamiento, viendo las necesidades sociales que había en Chile?
'Esa reforma tenía como foco recuperar el crecimiento, la inversión y el empleo. La reintegración es un elemento clave para aumentar la inversión y por algo se mantuvo para empresas con hasta 75.000 UF de ventas, es decir, casi el 98% de las empresas del país. Pero no hay que olvidar que la gran parte de la inversión la hacen las grandes empresas y que veníamos de 4 años de caída de inversión. Nosotros mostramos que el 90% de los contribuyentes favorecidos por la reintegración estaban en los 3 tramos más bajos del global complementario. Y para el resto estaban más que compensados. Al final, la reforma que aprobamos en la Cámara contemplaba una recaudación neta de US$ 750 millones en régimen. En definitiva, nosotros compensábamos todo el efecto distributivo de la reintegración y más, sin considerar el mayor efecto recaudación por crecimiento derivado de la reforma. Al hacerlo, estábamos cumpliendo con el programa de gobierno. Tampoco olvidemos que se había dejado fuera la rebaja del impuesto de primera categoría -que estaba en el programa de gobierno- como una forma de facilitar un acuerdo, una demostración de nuestra flexibilidad y disposición a alcanzar acuerdos. Por supuesto, de haber previsto los eventos iniciados en octubre, el escenario cambiaba, y habría sido necesario hacer otros cambios al proyecto. Pero de adivino tengo poco, y eso no lo previmos'.

-Una de las razones que se dio de su salida fue que usted no quería abrir la billetera fiscal para solucionar las urgencias sociales. ¿Cuánto pesó eso? ¿Usted se oponía a ceder a la presión?
'Vale la pena recordar que la semana posterior al 18 de octubre pasado trabajamos intensamente con la Dipres en un programa social con recursos adicionales del orden de US$ 1.200 millones, que incluía subir las pensiones básicas en 20% y establecer el ingreso mínimo garantizado en $350.000. Estos esfuerzos se han transformado en logros sociales con el tiempo. Prestar atención a las urgencias sociales ha sido siempre parte de mi convicción más íntima. Mi trabajo académico y de servicio público así lo demuestra'.

'El paquete es de una magnitud significativa y probablemente el Gobierno tome nuevas medidas. No minimizaría el tamaño del esfuerzo fiscal que ya se está haciendo'.

'No podemos estar permanentemente mirando los ahorros previsionales como respuesta a shocks que afecten a la economía, por importantes que sean'.

'Estados Unidos tendrá una recesión severa'

-¿Cuál será el impacto económico de la crisis sanitaria a nivel mundial? ¿Cree en la recuperación China?
'El impacto económico está siendo muy severo. El mundo está en recesión y la caída de la actividad global este año será probablemente mayor a la ocurrida durante la crisis financiera mundial de 2008-2009. Las cifras oficiales de China muestran que ese país está volviendo gradualmente a la normalidad. Sin embargo, incluso asumiendo que estas cifras son fidedignas, debemos tener mucho cuidado con extrapolar estos resultados hacia el resto del mundo. El manejo de las medidas de distanciamiento social que puede hacer el régimen chino son muy distintas de las que puede hacer un país occidental'.

-¿Cuál será el impacto en Estados Unidos?
'Estados Unidos tendrá una fuerte recesión este año. Las estimaciones indican que el producto tendrá una caída de dos dígitos durante el segundo trimestre y el desempleo aumentará de forma significativa. Las cifras de solicitudes de beneficios de desempleo la semana pasada superaron 6,6 millones, lo que es 10 veces los máximos alcanzados durante la crisis de 2008 y a inicios de la década de 1980. El gobierno ha anunciado un plan fiscal del orden de 10% del PIB y la Reserva Federal está inyectando toda la liquidez necesaria a la economía, pero pese a lo excepcional de estas medidas, Estados Unidos tendrá una recesión severa'.

-¿Y Europa?
'Europa es una de las regiones más golpeadas por la actual pandemia y tendrá una fuerte contracción este año también. Los costos humanos de la enfermedad han sido devastadores, especialmente en Italia y España, y si bien algunas señales indican la cercanía del peak del virus, cada día el número de muertes es muy significativo, lo que obliga a extender las medidas de confinamiento que implican mantener paralizada la actividad económica. En el caso de esta región, se agrega la complejidad que conlleva la coordinación de la política económica entre los distintos países para hacer frente a este shock'.
Pie de pagina
NICOLÁS DURANTE-