Los diversos rubros se alistan para retomar un ritmo más normal. Uno de ellos es el transporte aéreo de pasajeros, que desde el comienzo de la pandemia se ha visto severamente afectado. De hecho, fue de las primeras actividades que advirtió que quedaría en precarias condiciones, tanto a nivel global como local. Por eso, intentando acortar los plazos generando confianza en sus usuarios, las líneas aéreas preparan protocolos que se ajusten a la 'nueva normalidad' sobre los aviones.

Siguiendo las directrices planteadas por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), el énfasis de aerolíneas como Latam está puesto, cada vez más, en privilegiar los trámites virtuales en tierra, minimizando el contacto entre pasajeros y personal. Eso, de algún modo, era una tendencia anterior a la pandemia.

En el aire, en tanto, los cambios estéticos pasan por el uso obligatorio de mascarillas, tanto de los clientes como del personal de la aerolínea, que se agrega a la obligatoriedad de su uso en el tráfico nacional impuesto por la autoridad sanitaria.

Reforzando medidas higiénicas a través de instrucciones de la tripulación y adaptado la rutina de servicio -para minimizar la interacción a bordo entre las personas-, la 'nueva normalidad' en vuelo aún carece de lo más relevante: distancia social.

Con la industria aérea en crisis, se ve difícil que se mejore el espacio entre pasajeros. Aunque algunas líneas en Europa lo harán, incluso unas de bajo costo, acá se espera optimizar los recursos y disminuir las frecuencias para aumentar la tasa de ocupación de las butacas.