El comercio exterior fue uno de los primeros sectores que evidenció los efectos de la pandemia, golpeando con fuerza a las economías más abiertas como la chilena. "Todas las buenas noticias ya llegaron, y el problema es que podemos tener noticias, pero lo más probable es que no sean tan buenas", comentó el economista y asesor de Empresas Taylor, Germán Vera, en el marco de los ciclos virtuales organizados por la Cámara Aduanera.

Entre marzo y agosto las importaciones cayeron en los tres puertos de la zona, siendo la baja más importante la de Quintero, con un 50%, seguido por Valparaíso (-43%) y San Antonio (17%). Sin embargo, el que más disminuyó fue Talcahuano, con un 75% menos en relación al periodo anterior. En el balance, los ll principales enclaves del país tuvieron en esta materia un retroceso del 25%.

Sobre los envíos, manifestó que en su conjunto el país logró mantener los montos de exportación a pesar de la crisis mundial. "El shock de demanda que ya tuvimos debiese pasar el próximo año, y con un grado adicional: como las existencias ya se apretaron, cualquier aumento en el producto va a significar efectivamente un aumento en la demanda interna que implica un aumento en el transporte. No hay espacio para disminuir más las existencias", remarcó, agregando que el país está a la espera y la gran incógnita que permanece se refiere al empleo y la estabilidad institucional.

En tanto, el presidente de la Cámara Aduanera, Felipe Serrano, enfatizó que el sector "está evidenciando la necesidad de generar cambios clave para ser competitivo y estar a la altura de nuestros pares, tanto en la región como a nivel mundial".