El avance de 12 comunas de la Región Metropolitana a la fase de preparación del plan 'Paso a paso' abrió ayer una esperanza para el gremio gastronómico de esos sectores, ya que tras meses de cierre obligado por la pandemia, ahora pueden abrir sus locales, aunque solo en espacios abiertos y con una distancia de dos metros entre mesas o al 25% de capacidad.

Para promover las medidas de prevención, el alcalde de Lo Barnechea, Cristóbal Lira, y la seremi de Salud Metropolitana, Paula Labra, fiscalizaron el restaurante 'Doña Tina'.

Uno de los socios del establecimiento de comida chilena, Carlos Olivares, explica que abrieron dos terrazas al aire libre que les permiten recibir hasta 60 clientes. Detalla que 'es menos del 25% de nuestra capacidad', y recuerda que los fines de semana previos a la pandemia atendían cerca de 700 personas, por lo que 'no es lo óptimo'.

Con todo, plantea que es 'un comienzo que nos ayuda, entonces hay que ir avanzando en las fases para poder ir atendiendo más gente'.

Durante el almuerzo de ayer, precisa, atendieron a seis clientes, pero estima que en total llegaron cerca de 30 comensales. En ese escenario, admite, 'es muy difícil' lograr rentabilidad, 'porque es muy poca gente, pero hay que empezar por algo'.

En la comuna de Santiago, el ministro de Economía, Lucas Palacios; el seremi de Economía, Raúl Morales, y el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, visitaron el restaurante 'Donde Zacarías' para supervisar que se cumplieran los protocolos.

Palacios confía en que la medida ayudará a recuperar empleos, pero reiteró la necesidad de colaboración, 'no solamente de los locatarios, para que apliquen estos protocolos de forma rigurosa, sino también de los clientes, para que los respeten'.

Zacarías Alarcón, el dueño del local, valoró la medida y dijo que 'de a poco vamos a ir viendo cómo nos va dando resultado y vamos a ir incorporando a la demás gente que está sin pega'.

En el barrio Lastarria, también en Santiago centro, el Bar La Junta fue el único restaurante que abrió ayer. Su dueño, Carlos Prochelle, cuenta que si bien almorzaron 12 clientes, un 10% de la capacidad, 'en este momento todo es bueno, hay que ser positivos'. Espera atender a más comensales el fin de semana, momento en que otros locales del sector —muy afectado, además, por la crisis social— se sumarán a la reapertura: 'La expectativa que tenemos es del día a día, paso a paso. Hay mejor pinta en el barrio, hay más gente'.