Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-04-26
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   10-11
Sección:   Sociedad
Centimetraje:   32x50

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'Este shock va a golpear a toda la economía y no habrá sector que no se vea afectado', advierte el ministro Ignacio Briones.

Briones cree que después de esta crisis, 'tenemos que iniciar la discusión del Chile que queremos en 2040'.
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Ministro de Hacienda habla de la economía nacional en medio de la crisis por el coronavirus
“Esperamos una recuperación paulatina de nuestra actividad económica en el cuarto trimestre de 2020"
Ignacio Briones hace una franca evaluación de la situación económica actual del país, tras el estallido social y en medio de la crisis por la pandemia del covid-19.
El ministro Ignacio Briones es candidato a ocupar la posición del ministro de Hacienda que ha movilizado más recursos fiscales excepcionales desde el retorno de la democracia. Los dos paquetes económicos que anunció el 19 de marzo y el 6 de abril suman la friolera de 17.000 millones de dólares para enfrentar la crisis económica que ocasionó la llegada del virus covid-19.

El objetivo de estos recursos, explica, es apoyar los ingresos de las familias, evitar despidos, solventar empresas, apoyar a trabajadores informales y facilitar créditos con garantías del Estado que permitan a las empresas subsistir esa tormenta. Briones insiste en esta entrevista que enfrentamos una 'crisis única en la historia, porque mezcla un shock sanitario con potentes efectos en lo económico y social'. Luego de tramitar varios proyectos en el parlamento destinados a aminorar los efectos de esta crisis, se declara optimista del actual escenario, aunque advierte: 'La única salida para esta crisis es actuar con unidad y soy optimista porque creo que, a pesar de todas las diferencias, se ha ido dando esa unidad. Tengo confianza en este tremendo país'.

-Usted quedará para la historia como el ministro de Hacienda más gastador desde el retorno de la democracia.
-Hablaría, más bien, del ministro de Hacienda que le tocó la peor crisis económica, antecedida por una crisis interna muy potente.

-Poco estimulante ese escenario que describe.
-Pero soy muy optimista. Lo importante es reconocer la dimensión de la crisis y saber afrontarla. En eso estamos.

-¿Qué hace a esta crisis tan particular?
-Esta es una crisis sanitaria y económica, eso la hace completamente distinta a todas las que hayamos conocido anteriormente. Aquí no aplican las soluciones implementadas en anteriores crisis financieras o en una recesión. Este shock cambiará la manera en que vivimos, nos relacionamos y producimos.

-¿Qué es lo que más le preocupa de esta crisis?
-Proteger los ingresos de los chilenos y evitar que este shock transitorio, pero potente, tenga efectos permanentes en los hogares. Hay que apoyar a los más vulnerables que tienen ingresos que ya son bajos y que son muy susceptibles de verse afectados. A los trabajadores formales, hay que evitar que queden desempleados, y apoyar también a los independientes con boleta. Además, hay que proteger el ingreso de las empresas, sean micro, pequeñas, medianas o grandes, con el objetivo de proteger el empleo y el ingreso de las familias.

-¿Considera que los anuncios de los paquetes económicos resuelven estos problemas?
-Todas las acciones van dirigidas con este norte y son medidas de liquidez, transferencia monetaria a los más vulnerables, transferencias de ingreso, protección del empleo y acceso al crédito para las empresas.

-¿Cómo solucionan estos problemas los paquetes anunciados?
-El primer paquete, del 19 de marzo, involucra movilizar recursos fiscales por cerca de 12.000 millones de dólares, lo que es aproximadamente 5% del producto. Es algo de una magnitud que no conocíamos, pero también distinto en el sentido de que una parte es gasto. Pero el grueso es inyectar liquidez a personas y empresas a través de adelantar devoluciones de impuestos o diferir su pago. En este paquete fue clave la Ley de protección del empleo apoyado en el Fondo de Cesantía, que acumula más de 12.000 millones de dólares y al que el Estado aportará más de 2.000 millones de dólares y que ha tenido un uso masivo y está permitiendo salvar miles de empleos.

-¿El segundo paquete de qué trata?
-El segundo paquete que anunciamos hace poco, el 6 de abril, involucra un fondo de 2.000 millones de dólares que va destinado a proteger los ingresos de las familias más vulnerables, que tienen trabajos informales o sufren de desempleo e inyectar liquidez a las empresas para que puedan mantenerse vivas. Aquí queríamos dar una señal potente y concreta a las familias más vulnerables de Chile de que empatizamos con sus dolores, angustias e incertidumbres y que no las vamos a dejar solas.

-¿Cómo ayuda este paquete a los empleadores?
-Había que inyectar liquidez a las empresas que están sin poder vender. Para eso dispusimos de garantías estatales por 3.000 millones de dólares que permitirán movilizar créditos por hasta 24.000 millones de dólares a las empresas. Esto les va a permitir invernar y mantenerse vivas en este paréntesis que va a ser muy duro. Sin esa liquidez estas empresas se mueren, se destruyen empleos y se afectan los ingresos de las familias, con las consecuencias sociales que ello implica.

-¿Cree que esta crisis va a ser solo un 'paréntesis'?
-Todo este accionar pretende evitar que este shock transitorio, pero muy potente que vivimos y viviremos en los próximos meses, tenga efectos permanentes en destrucción de empresas, empleo, ingresos y bienestar de las familias.

-¿Tiene presupuestado nuevos paquetes de ayuda económica para los siguientes días?
-Si las circunstancias lo requieren, obviamente que habrá nuevas medidas para responder de manera ágil, oportuna y contundente a la coyuntura. Creo que hemos ido respondiendo de manera rápida a la evolución que ha tenido la pandemia. Mejor que en 1982

-Usted comparó esta crisis a la que sufrió el país el año 1982, cuando la actividad económica cayó en un 14% del PIB y hubo un desempleo del 23,7%, que se enfrentó con programas de empleos muy precarios como el Programa de Empleo Mínimo (PEM) y el Programa de Ocupación para Jefes de Hogar (Pojh). ¿Podría repetirse este escenario en esta crisis?
-Está claro que vamos entrar a una recesión, pero vamos a estar lejos de la caída de la actividad económica que tuvo la recesión de 1982.

-¿Cómo va a ser esta recesión?
-La caída más pronunciada de la actividad económica se va a concentrar muy fuertemente en los próximos meses. Y aquí hay que hablar con honestidad: habrá quiebras de empresas y aumento del desempleo, algo que nuestro accionar pretende evitar al máximo.

-El Fondo Monetario Internacional estimó una contracción de nuestra economía para este año del 4,5%, pero el Banco Central y ustedes estimaron que sería mucho menor, de 2%. ¿Cuál es el fundamento para ser tan optimistas?
-Nosotros, además del buen manejo sanitario que muestran las cifras, estamos considerando el positivo efecto que tendrán la serie de intervenciones tempranas e importantes que hemos adoptado para la protección del empleo y el acceso al financiamiento de nuestras empresas a través de créditos con garantía estatal. Creemos que estas van a ser herramientas potentes para poder mantener vivas a las empresas, para que puedan salir adelante y sobrevivir.

-¿Lo peor vendrá en los próximos meses?
-Está claro que se nos viene un shock muy, pero muy, muy fuerte en los próximos meses. Es un shock que va a estar concentrado en este año. Pero si hacemos las cosas bien, concentrando nuestro accionar en evitar que ese shock transitorio tenga efectos permanentes, podemos tener una recuperación relevante el próximo año. Para ello, tenemos un diagnóstico y un plan.

-¿Qué priorizaría usted, la salud o la economía?
-Hay que dejar el maniqueísmo que opone economía y salud. Lo central es pensar en el bienestar de las personas y familias. Ese bienestar tiene distintas aristas, siendo prioritaria la salud, cuidar nuestras vidas. Esa vida también tiene una arista económica, social. Hay que proteger la vida, pero también los medios para la vida. Los más afectados

-Esta pandemia tendrá efectos devastadores en algunos sectores de nuestra economía. ¿Cuál sector le preocupa más a usted?
-Este shock va a golpear a toda la economía y no habrá sector que no se vea afectado. Algunos quedarán más golpeados que otros, pero esta crisis va a ser muy profunda y será imposible salvar a todas las empresas y sus empleos. Nuestro esfuerzo está concentrado en mitigar al máximo ese efecto.

-Pero todo indica que el sector de los servicios será el más afectado, especialmente negocios como los restaurantes, gimnasios, líneas aéreas, centros de eventos, hoteles y el turismo en general.
-Es evidente que estos van a ser sectores muy golpeados. Pero también hay que decir que estos sectores deberán ir retomando de una manera muy distinta su negocio. Es probable que cuando los restoranes vuelvan a abrir no volvamos a volver a ver grupos apiñados en una barra o en una mesa porque va a haber medidas de distanciamiento que cambiarán la forma de interactuar.

-El FMI estimó para el año 2021 que nuestra economía experimentará un gran crecimiento del 5,3%. ¿Cuándo empezaremos a ver esa importante reactivación de la economía?
-Las estimaciones de crecimiento requieren que lo sanitario esté bajo control y que nuestra cotidianeidad, interacción económica y social se vayan retomando. Este virus no se va a ir y lo que estamos intentando es que no tengamos tantos contagios que saturen el sistema hospitalario y la capacidad para atender a los pacientes más graves. El virus no va a desaparecer mientras no exista una vacuna.

-¿Cuál es la variable clave para la reactivación?
-Controlar la variable sanitaria y manejar los peaks de casos es fundamental. Eso nos va a permitir empezar a retomar nuestra convivencia y nuestra cotidianeidad social, laboral y productiva. Será de una manera muy distinta a la que estábamos acostumbrados porque implicará nuevos elementos de seguridad, involucrará distanciamiento, nuevas maneras de comunicación y de producción más segura para los trabajadores. Nuestra capacidad de adaptación a la nueva manera de convivir es lo que permitirá ir retomando la producción, el consumo y el relacionamiento social.

-¿Cuándo estima que podría empezar la reactivación de nuestra economía?
-En términos económicos creemos que lo peor va a venir el segundo trimestre. En términos sanitarios las autoridades y comités asesores ven una primera ola de contagios estabilizándose, con peaks próximos a llegar, que permitirán ir liberando restricciones para empezar a funcionar de esta manera distinta y garantizando la seguridad sanitaria. En ese escenario, uno podría empezar a ver una disminución de la caída de actividad en el tercer trimestre y esperamos una recuperación paulatina -insisto en la palabra paulatina- de nuestra actividad económica en el cuarto trimestre de este año.

-¿La reactivación de la economía, entonces, dependerá de nuestra capacidad de adaptarnos a vivir con el virus?
-Sí, pero para ir acostumbrándonos a esa realidad es fundamental el elemento sanitario. Mientras mayor control tengamos sobre el elemento sanitario, habrá más posibilidad de adaptación a esta nueva manera de relacionarnos, producir y consumir. La reactivación económica dependerá de nuestra capacidad de adaptarnos al nuevo escenario.

Recuadro
"Aquí hay que hablar con honestidad: habrá quiebras de empresas y aumento del desempleo, algo que nuestro accionar pretende evitar al máximo"
Ignacio Briones

"Lo importante aquí es proteger el empleo, más allá de si la empresa es grande, mediana o pequeña"

-¿El Coronavirus va a cambiar nuestra economía?
-El momento que vamos a vivir en los próximos meses va a ser duro. Vamos a tener una economía golpeada, con muchas familias que la van a pasar muy mal. Como señaló Aristóteles, nosotros somos animales sociales y no estamos acostumbrados a este distanciamiento y será algo a lo que tendremos que adaptarnos.

-¿Cuáles serán esos nuevos desafíos?
-Si bien toda nuestra energía está puesta en la emergencia, en paralelo tenemos que empezar a reflexionar sobre nuestro país, nuestra economía y la sociedad que queremos para el año 2040. Tenemos que levantar la cabeza y poner un horizonte largo para pensar los desafíos que tenemos que ir construyendo para esa fecha. Aquí van a cambiar muchas cosas, la forma en que trabajamos, las comunicaciones, como nos relacionamos.

-¿Y qué va a pasar con el descontento social que vimos el 18 de octubre?
-Esa es una discusión que tenemos que retomar y que involucra una hoja de ruta social y económica, con estaciones intermedias y reformismo gradual, que debe considerar este nuevo punto de partida, que es muy distinto al que teníamos hace seis meses. Muchas familias, emprendedores, trabajadores estarán muy golpeados y eso modifica el eje de discusión: nos obliga a atender las urgencias sociales y a retomar la actividad económica como elemento prioritario.

-¿Qué opina de que grandes empresas del retail se acojan a la Ley de protección del desempleo que originalmente estaba dirigida a las pequeñas y medianas empresas?
-Cuando nosotros pasamos esta ley fuimos muy claros en que el objetivo principal era proteger el empleo y a los trabajadores, sin distinción entre empresas chicas, medianas o grandes. Me parece correcto que una empresa grande, que esté con problemas para sobrevivir, ocupe el vehículo que nosotros diseñamos y que el Congreso aprobó para evitar que los vínculos contractuales se rompan.

-¿Estaba considerada la posibilidad que estas grandes empresas se acogieran a este recurso?
-Los datos que nosotros tenemos -y que son públicos- muestran que de los más de 530.000 trabajadores que se acogieron a este mecanismo de protección del empleo, más del 95% corresponden a pymes y solo 3% corresponde a empresas grandes. Lo importante aquí es proteger el empleo, más allá de si la empresa es grande, mediana o pequeña.
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JUAN DIEGO MONTALVA--