Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-09-09
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   24
Sección:   Cultura & Espectáculos
Centimetraje:   32x27

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Roberto Medina y la exintendenta Karla Rubilar.
La Tercera
Rock in Rio megaevento brasileño aplaza su debut en Chile
Oficializado en octubre por su fundador y autoridades locales, el aterrizaje del espectáculo en Santiago no se materializará a fines del próximo año, como estaba previsto. "El festival va, pero por el estallido social y la pandemia, lamentablemente no lo vamos a realizar en 2021", confirman sus organizadores, que trabajan con miras a 2023.
A comienzos de octubre pasado, la entonces intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, junto a la exsubsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett, y el productor chileno Felipe Araya, viajaron hasta Río de Janeiro para anunciar, desde la mismísima "Ciudad del Rock" y acompañados por el fundador de Rock in Rio, Roberto Medina, el acuerdo definitivo para realizar a fines de 2021 la primera versión en Santiago del histórico megaevento brasileño.

Con una sesión de fotos y la firma de un documento oficial, las partes sellaron una idea que venían trabajando en conjunto hace años, con el objetivo de traer a Chile una de las mayores y más emblemáticas franquicias de la música en vivo del mundo. Una leyenda de la industria de los conciertos que partió en 1985 en Brasil y desde entonces se ha exportado a otras capitales, como Lisboa y Madrid. Pero solo dos semanas después del acuerdo, el tablero se sacudió con las primeras manifestaciones en las calles chilenas a partir del 18 de octubre, lo que alertó a Medina y a su equipo. Es más, en un primer momento el fundador del festival habría determinado suspender completamente el aterrizaje de Rock in Rio en Santiago, preocupado por la situación política y social del país. "Lo iba a hacer ahora (2021) en Chile, estaba todo bien, allí tuvo gran repercusión.

Pero con la inestabilidad política se puso muy complejo y me detuve", contó Medina en enero de este año en una entrevista con la revista brasileña Quem. La pandemia que estalló a nivel mundial dos meses después complicó aún más las cosas, lo que llevó a los organizadores chilenos a tomar una decisión drástica pero acorde a las circunstancias: suspender definitivamente la primera edición santiaguina del megaevento y trasladar el proyecto para una nueva fecha. Una determinación que vuelve a alterar la golpeada cartelera de los espectáculos en vivo del país, luego de la postergación de Lollapalooza Chile -otro encuentro de dimensiones similares- para noviembre del próximo año y las dudas que siguen rondando a los festivales de Viña del Mar y Olmué. "El festival va, pero por el estallido social y la pandemia, lamentablemente no lo vamos a realizar en 2021", confirma Felipe Araya, de la productora Rock Santiago, quien aclara de entrada que pese a que el Rock in Rio local no se realizará en octubre del próximo año, sigue en pie para 2022 o 2023. "El festival no se ha bajado. Seguimos hablando con Roberto (Medina) y con su equipo directivo.

Con el CEO de Rock in Rio, Luis Justo, hablamos todas las semanas prácticamente y seguimos trabajando a full para que llegue Rock in Rio y sea el gran megaevento que Chile espera", añade el productor. En ese sentido, Araya explica que si bien el clima social y el Covid-19 alteraron los planes originales, la intención de todos los involucrados es sacar adelante el evento en Chile en una nueva fecha. De hecho, detalla que en enero pasado -días después de la citada entrevista de Medina- los productores brasileños vinieron a la capital para oficializar su intención de cumplir con el acuerdo. Según el productor, en esa oportunidad la comitiva brasileña incluso se reunió en La Moneda con autoridades y parte del equipo del presidente Sebastián Piñera - como su jefa de gabinete, Magdalena Díaz, y el intendente Felipe Guevara- quienes les expresaron su apoyo e interés para seguir adelante con el proyecto.

En su visita, los productores brasileños aprovecharon de revisar en terreno un recinto acorde para el montaje del gigantesco espectáculo musical. Allí se descartó como opción el Parque O'Higgins, al no cumplir con las particularidades y los rigurosos estándares que exige el "manual" de los creadores de la franquicia. "Ya tenemos resuelto el recinto. No puedo adelantar nada pero debiese estar listo a lines del próximo año", cuenta Araya, quien agrega que solo resta determinar el año en que se realizará la cita, para lo cual se cruzan diversas variables, como los artistas disponibles para cada fecha. Por ahora, la alternativa que corre con ventaja es que el evento debute finalmente en Santiago en 2023, aprovechando que en octubre y noviembre de ese mismo año se realizarán los Juegos Panamericanos en Chile. Una coincidencia que beneficiaría al festival, tanto a nivel de impacto turístico como de eventuales instalaciones que podría compartir con la cita deportiva, tal como ha ocurrido en la Ciudad del Rock de Río de Janeiro. Con todo, la opción de hacer el festival en 2022 no está descartada.

Finalmente, Araya destaca que sea cual sea la fecha las condiciones del proyecto serán las mismas que las anunciadas originalmente: un megaevento de varios días y de espíritu familiar, con múltiples artistas, escenarios y atracciones en el mismo recinto y que -asegura- sigue contando con el compromiso de las autoridades nacionales y los productores de Brasil. "Seguimos teniendo el apoyo total de las autoridades, del lugar donde lo vamos a hacer, de los ministerios involucrados. Nosotros queremos hacer que sea un festival lo más inclusivo posible, que todo el mundo vaya. Y de alguna forma todo este tiempo nos ha servido para eso, para que sea un festival verde, para que el recinto donde lo hagamos tenga todo lo necesario", cierra.
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Andrés del Real-